"Extracción poblana" por Daniel Ortiz

Corría el minuto 4 de la semifinal del Mundial de Clubes 2009 entre Atlante y Barcelona. Balón largo a las espaldas de Márquez y Puyol, y aparece el #19 atlantista detrás de ellos para anticipar a Valdés, levantar el balón y con una gran velocidad y deseo, alcanzarlo antes de que se fuera por un lado de la portería con una barrida y desviarlo hacia la meta del equipo rival.

Finalmente, el Barça puso las cosas en orden y accedió a la final, pero prensa, seguidores y casi todo el entorno futbolístico se preguntaba: ¿y quién es este jugador, chaparro y rapidísimo que está dando la campanada en este torneo? En estos momentos ya adquirió fama internacional, pero orgullosamente los que le conocemos y vivimos en Puebla podemos contestarles: “es Rojitas”. Guillermo Rojas Rumilla nació en San Luis Potosí pero vivió la mayor parte de su vida en Puebla y por lo tanto, futbolísticamente surgió de las juveniles del equipo de la Franja. Debutó en los peores años del equipo y tras un préstamo con los Rayados del Monterrey donde logró tener bastantes oportunidades bajo el mando de Miguel Herrera; disputó también la etapa del Puebla en Primera “A”, donde hizo su primer gol como profesional en partido oficial. Anotación que igualmente recuerdo fue con una gran picardía, ganando el balón al arquero que se excedió en confianza en la salida de su equipo. No tuvo el respaldo de la dirección técnica para permanecer en el equipo y tuvo que emigrar al Veracruz, donde le fue bastante bien y finalmente el Atlante se fijó en él para regresarlo a Primera División y tras bastante trabajo y esfuerzo ha demostrado su capacidad para tener regularidad por fin en el futbol nacional, a sus 26 años de edad.

Curiosamente, otro jugador parte hoy por un camino similar al de Rojas en un inicio. Sergio “Cherokee” Pérez dejará al equipo del Puebla esta temporada después de que en otras ocasiones ya habían preguntado por él, y el Monterrey será su destino. En esta ocasión, los deseos del jugador por trascender en un equipo de mayor solvencia y regularidad han pesado más que la idea de la directiva de retenerlo.

"Chero" siempre lo dio todo por el Puebla, y eso se le debe agradecer por más que ahora deje la institución. Es poblano, vivió toda su vida aquí, excepto un tiempo en Ciudad Juárez, donde también defendió los colores de los Indios en Primera “A” durante 6 meses, pero siempre ha estado identificado con el equipo y los colores, incluyendo que tuvo la desgracia de debutar con el equipo el día que el equipo ya estaba descendido en aquel partido contra Tigres. Su deseo es trascender en el futbol mexicano, aspirar a selección nacional en un plazo corto con miras al Mundial y algún día regresar al equipo de la Franja para “retirarse”. No sabemos qué le depare el destino, pero ojalá tenga mucha suerte. Se le desea de corazón a un jugador con mucho talento y que demuestra que las ganas de correr y jugar pueden más que el nombre del futbolista.

Dos jugadores de extracción poblana que seguirán triunfando a nivel nacional. Ojalá pronto haya mucho más, lo cual se puede hacer confiando en la cantera e invirtiendo en ella.
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"El Deportista Total" por Daniel Ortiz

Cuando a un jugador le llega el momento de colgar las botas, es casi siempre por la edad. Algunos sabemos que son por las lamentables lesiones pero no creo que sean muchos los que pierdan interés en el juego o en la competencia deportiva, aunque hay que decir que si los hay.

Muchos se convierten en entrenadores, algunos más en directivos o comentaristas, otros se vuelven empresarios y muchos otros más quedan en el anonimato. Solo los directores técnicos o auxiliares están diariamente todavía en las canchas de futbol practicándolo en los entrenamientos, y seguramente la mayoría de los demás también juegan o con sus amigos o en algún nivel amateur. Claro que en lo segundo, muchos cobran por hacerlo.

Pero realmente si se mantienen en óptimas condiciones físicas estos hombres pueden seguir su vida de atletas y les voy a presentar los casos de algunos de ellos.

Luis Enrique es un ex jugador español que vistió tanto la camiseta del Real Madrid como la del Barcelona, aunque fue con esta última con la que se identificó más y tuvo sus mejores momentos y mayores glorias. Jugó tres mundiales con la selección española y conquistó el Oro olímpico en 1992. Se retiró en 2004 y poco tiempo después empezó a practicar el surf y el snowboarding, pero por lo que se ha caracterizado es por su preparación para hacer triatlón. Ha participado en tres años consecutivos en el Ironman europeo y mediante su blog (http://luisenrique21.com/) anuncia semana a semana su preparación para los 3.8km de nado, 180km de bicicleta y 42.2km de trote. Todo este entrenamiento lo compagina con su actividad como director técnico del Barça Athletic, donde tiene a su disposición al mexicano Jonathan dos Santos, uno de sus consentidos.

El otro caso singular es el de Bixente Lizarazu, jugador vasco-francés que tuvo muchos problemas hasta con la ETA en su paso por el Athletic de Bilbao por no querer politizar ni declarar nada independentista. Fuera de eso, fue un jugador muy exitoso, campeón mundial y europeo con la poderosa Francia de Zidane, Henry, Barthez, Deschamps y compañía. Con el Bayern Munich levantó también títulos locales y la Champions League. El antes lateral izquierdo descubrió su pasión por el Jiu-Jitsu, arte marcial de origen brasileño del cual se proclamó campeón europeo hace unos meses. Uno de los tipos que nace para ganar y lo va a hacer donde se pare.

El otro ejemplo es un ex futbolista que antes de retirarse del futbol ya se daba tiempo para practicar otro deporte. Henrik Larsson puede ser reconocido como el ejemplo del profesionalismo, según palabras de todos los que fueron sus compañeros y entrenadores. El sueco fue el referente y goleador del Celtic, luego ganó la Champions con el Barcelona y regresó a retirarse con el Helsingborg, el equipo de su ciudad natal donde había tenido ya una etapa en sus inicios. Con su selección le costó un poco pero se convirtió en el emblema y pudo disputar tres mundiales, aunque fallando a clasificar al siguiente le orilló a tomar la decisión de dejar el futbol profesional. Como mencionaba desde antes ya jugaba otro deporte: el floorball (hockey de sala). Lo hizo en el invierno (época del año en que se suspende el futbol sueco) de 1989 y de nuevo en el 2008, y donde también hizo muchos goles, justamente en su misma ciudad con el equipo del mismo nombre: Helsingborg. Por sus declaraciones no parece que regrese a este deporte, sino que pudiera integrarse como entrenador en el Celtic, equipo que se ganó su corazón y el cual le devolvió el honor junto con la Reina Isabel II para hacerlo caballero de la Orden del Imperio Británico, reconociéndolo como Sir Henrik Larsson.

Casos como estos son contados, aunque creo que deberíamos encontrar más ex profesionales que encuentran otras disciplinas deportivas para desahogar sus ganas de competir, pasión y amor al deporte.

daniel.ortiz.sc@gmail.com
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Adiós, "Tano" por Daniel Ortiz


No nos conocimos personalmente, pese a que vivimos en la misma ciudad algunos meses mientras jugaste con el Puebla de la Franja, pero desde el partido que debutaste el día 6 de febrero del 2000 a tus 22 años ante el Morelia, el cual vi por televisión, supe que serías una persona pública en el deporte con mucho carisma. Con aquel # 51 empezaste a jugar como centro delantero del Monterrey, cosa difícil para un mexicano en nuestro balompié, pero con tus condiciones (más por las físicas que las técnicas en realidad), te hiciste un hueco como titular y también entre los futuribles seleccionados nacionales.

Y ese momento llegó con merecimientos, tras adueñarte del “9” rayado y anotar una buena cantidad de goles, gracias a los centros de otros grandes jugadores que tuviste al lado como el “Cabrito”, Mohamed, Ramoncito o Sinha. Tenía que llegar el primer llamado a la Selección Mexicana, teniendo como “padrino” a Enrique Meza y aquel gol tan famoso en el Estadio Jalisco en contra del mejor Brasil del momento. Tendrías más momentos con el Tri, pero por decisión técnica quedaste fuera del Mundial del 2002, cuando por el proceso que habías llevado eras considerado una fuerte opción.

Luego vino una caída en tu carrera, como a muchos les pasa llegando al América. Poco tiempo estuviste ahí gracias a que Benito Floro, quien te debutó en primera división y además te veía como un hijo según el mismo lo ha dicho, te llevó al Villarreal en España, que apenas estaba empezando a alcanzar el protagonismo entre los primeros diez de la liga, y debutaste así en el futbol europeo como lo tienen que hacer los grandes goleadores: con gol para la victoria de último minuto.


No pudiste tener la misma fortuna siempre y pasaste al Polideportivo Ejido de segunda división, donde solo hiciste 2 goles; y entre uno y el otro pasaron 23 jornadas, pero mientras no marcaste no te rasuraste la barba, como “castigo”. El destino te llevó al Once Caldas para jugar la Copa Intercontinental, en la cual perdiste en penales con el Porto, aunque ahí puedes estar orgulloso de haber marcado el tuyo.

Regresaste a nuestro país con más pena que gloria, aunque estuviste cerca de obtener un poco de la segunda. No caíste mucho en mi gracia personalmente al ser de los que descendieron con el Puebla en el 2005, pero llegaste a los Pumas con la oportunidad de ser subcampeón de la Copa Sudamericana.

Pero tus ganas de viajar constantemente o el “pacto de caballeros” te llevaron a ser el futbolista peregrino. Santos de Brasil y el Shandong Luneng de China (donde ni debutaste) fueron tus siguientes excursiones, pero donde te asentaste durante casi tres años fue en Turquía con el Gaziantepspor, el Ankaraspor y el Ankaragücü, haciendo goles con todos, aunque sin duda con el primero fue donde mejor te fue. Por motivos extra futbol terminaste en Grecia con el Larissa, donde no pudiste festejar ni un tanto en la recién comenzada temporada; y peor aún, fuiste expulsado en tu último partido.

Pero nadie se queda con ese recuerdo, ni con que se esperaba más con tu trascendencia en el futbol con selección y tu regreso a los Rayados. Nos quedamos con esa valentía, sencillez, coraje y ambición. Muchos otros futbolistas y profesionistas tendrían que aprender de ti, que te ganaste la vida adonde fuiste. Dios cuide y bendiga a Sonia y a Miranda y a toda la familia De Nigris, para soportar tu lamentable pérdida. ¡Gracias y hasta siempre, Toño!
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Programa del 1 de Diciembre de 2009

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